Descripción
Enlos estiantes de la antigua alacena, más de una veintena de frascos de cristal, idénticos entre sí, reposaban ordenados y etiquetados cuidadosamente con una pulcrísima caligrafía.
Hay personas que coleccionan sellos, gatos de porcelana, sueños, búhos de ojos asustados, encendedores…Amanda coleccionaba besos.
Amanda, la coleccionista de besos, nos dejó los besos que la marcaron conservados en frascos de cristal, cuidadosamente etiquetados.
En cada etiqueta se define un beso con delicada exquisitez y de cada frasco escapa una historia cuando se abre.
Un libro regalo ideal para aquellos que quieran abrir sus labios a nuevas experiencias.
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