Hoy os quiero hablar de esta novedad recién salida de imprenta, «El cesto de los tesoros». Escrito por Pedro Mañas e ilustrado por Toni Galmés, editado por Duomo Ediciones.
Estamos ante una divertida historia, en ella nos relata cómo Lola, hermana mayor con tropecientas cosas a su alrededor y mucho aburrimiento, se contagia de la inocencia y la fantasía de Simón, su hermano pequeño.
Simón pasa por delante del cuarto de Lola de una forma tan misteriosa que Lola no puede evitar levantarse a mirar que es lo que sucede, su curiosidad le hace preguntar a Simón qué está pasando, y Simón le responde que va en busca de un tesoro. Cuando Lola llega al salón, se encuentra con un cesto lleno de cosas que, a su parecer, no tienen ningún valor, Lola se siente decepcionada.
Pero la cosa no queda ahí, gracias a la imaginación de Simón Lola vuelve a recuperar la ilusión por el juego y despierta la fantasía que tenía dormida. Simón va ofreciendo objetos a Lola donde nada es lo que parece, y aquí comienzan un viaje que ya no parará.
Seguro que si os digo «Cesto de los tesoros» alguna persona sabe de lo que le hablo y otras no tanto, yo tengo que decir que me familiaricé con este concepto con la maternidad, en esos momentos en los que indagas, buscas y te informas y quieres lo mejor para tus hijos.
El cesto de los tesoros es una propuesta de juego que se basa en la exploración de objetos que hay un cesto. Los bebés perciben el mundo a través de los sentidos, los sentidos son sus ventanas hacia el exterior. Teniendo en cuenta esto, su forma de conocer el mundo es tocando, escuchando, oliendo, chupando y mirando lo que le rodea. Por ello surge la idea de ofrecer al bebé una serie de objetos previamente seleccionados. «Los tesoros» que se introducen tiene que estar seleccionados en función de las texturas, la materiales y resistencia; preferentemente tienen que ser objetos cotidianos relacionados con la vida diaria. Como por ejemplo: huevo-maraca de madera, argolla de cortina, pelota de tela, cepillo suave de bebé, pañuelo de seda o trapito de algodón.
Deciros que actualmente existen cestos de los tesoros ya comercializados, pero yo apuesto siempre por crear uno propio con elementos que tengamos por casa, será más divertido para todos, y así podréis ir probando las diferentes reacciones del bebé ante un nuevo objeto, es recomendable introducir poco a poco los objetos e ir variándolos, también hay que tener en cuenta la edad del bebé para ir ampliando sus inquietudes de exploración.
En el libro además de esta divertida y tierna historia entre hermanos, encontraréis una pequeña guía introductoria al concepto del cesto de los tesoros, elaborada por especialista pedagógicos de Céntric Barcelona. En ella encontraréis los pasos para elaborar vuestro propio cesto de los tesoros, cómo mantenerlo y reponer el material, dónde situarlo, el papel que juega el adulto y como ir enriqueciendo el cesto con la edad del bebé.
Este tesoro ya está disponible en La Crisálida