Aprovechando que llegan estas fechas navideñas, os recomiendo el tercer volumen de Los Diarios de Cereza. He dejado este título para estas fechas porque la historia transcurre en Navidad. Además es un buen momento para los recuerdos como nos enseñará Cereza en esta nueva aventura.
Como siempre que llega un periodo vacacional Cereza está deseando ver a sus amigas y planear una nueva aventura. Estoy segura que nunca imagino que un taller de encuadernación la llevarían a su nueva investigación.
En esta tercera entrega, Cereza se verá atrapada en una historia de búsquedas de tesoros encadenados. Cereza se ha hecho muy amiga de la Sandra, una chica que tiene un taller de encuadernación. Cereza y sus amigas son invitadas por Sandra a su taller y allí entre trastos viejos encontrarán el primero de los 5 tesoros.
Sandra guarda un secreto que no quiere volver a recordar de su infancia, poco a poco a poco, Cereza, Lina y Erika ayudarán a Sandra a recordar aquello que tanto ha querido olvidar.
En esta ocasión, Cereza y sus amigas serán protagonistas de la investigación, de alguna manera esos tesoros encadenados están vinculados a sus vidas. Van a conocer a diferentes personajes del pueblo que les irán proporcionando pistas para encontrar todos los tesoros. Lo que nunca hubiera imaginado Cereza es que uno de los cinco tesoros estaba bajo su techo.
¿Cómo está la relación de Cereza con su madre?
Cereza y su madre están más unidas que nunca, se han comprometido a ser sinceras la una con la otra y no ocultarse nada, sobre todo Cereza que siempre acababa mintiendo a su madre para llevar a cabo alguna de sus investigaciones.
Durante la historia van dejando pistas sobre la situación familiar de Cereza, un secreto que se irá desvelando poco a poco, en sucesivas entregas. Por ahora lo único que nos dicen es que Cereza echa de menos a su padre pero no sabemos que le ha pasado.
Como siempre, Cereza es pura emoción.