Hoy se celebra el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, el dato a día de hoy es alarmante, 41 mujeres han sido asesinadas en España.
Este año de pandemia ha complicado mucho más las cosas. El confinamiento, ha generado otra «pandemia» en la sombra. Este es el lema para el 2020.
Está claro que los confinamientos decretados en el ámbito de la pandemia de COVID-19 ha intensificado la violencia en el hogar, de forma que paralelamente al coronavirus, se ha desarrollado otra pandemia a la sombra, y es la de la violencia hacia las mujeres y las niñas.
Hoy quiero reivindicar el 25-N, con esta ilustración de Paco Ortega, del Libro «El chubasquero de Aurora» escrito por María Márquez y editado por Bellaterra.
Un hogar es refugio, paz y seguridad, cuando alguien pasa mucho tiempo fuera de casa, ya sea por trabajo o por gusto, y por fin llega a su hogar, una sensación de recogimiento, tranquilidad y de placer le invade, porque en definitiva, eso debe de ser un hogar, un lugar en el que te encuentres segura.
Aurora está en su casa, sin embargo, en esta imagen no veo seguridad y tranquilidad, veo miedo, horror, incertidumbre y mucha angustia. En ella vemos la parte que le toca a la infancia, al otro lado de la puerta, nos lo cuenta Aurora, un papá que trae consigo un monstruo, gritos, golpes y llantos de una madre que teme por su vida y la de su hija.
Aurora construye ella misma su refugio, debajo de la cama se siente segura, sus luces de colores ahuyentan el miedo y la sujetan a la vida, el canturreo de las canciones que aprendió con su abuela evitarán escuchar lo que sucede al otro lado de la puerta.
Aurora se quedará dormida, pero no como el niño o la niña de un hogar donde fluye el amor y el respeto, no con un cuento de buenas noches, ni con un achucho o un besito de su papá o de su mamá. Aurora se quedará dormida por agotamiento debajo de la cama, su cuento de buenas noches serán los gritos y los llantos, nadie le dará un beso ni la abrazará antes de dormir.
Y así es, esa es la realidad de una infancia, donde la violencia de género es el día a día. En estos casos un hogar no es sinónimo de seguridad, ni de paz, ni refugio, es estos casos, es su cárcel.
Se requiere un esfuerzo y una responsabilidad por todas las partes para terminar con esta lacra social. La prevención radica en la educación, en dotar de herramientas a nuestros jóvenes, a proporcionarles modelos de convivencia diferentes, a desmontar prejuicios, pensamientos y formas de actuar, que culturalmente están grabados a fuego y normalizados, en nuestra sociedad.
Mañana día 26 de noviembre a las 18.00 de la tarde hablaremos con María Márquez y Paco Ortega de todo esto mucho más. No os lo perdáis, os aseguro que será un conversación muy interesante.