Ya ha pasado una semana del inicio de las clases en Educación Infantil y Primaria, seguro que se han vivido muchas situaciones entre nuestros alumnos, alumnas, profesorado y familiares: ilusiones, alegrías, miedos, incertidumbre…
Hoy me vino a la memoria un libro que hace un tiempo recomendé a una familia:
“El problema” de Pilar Serrano y Susana Rosique. Editado por Tramuntana.
Libro recomendado a partir de 4 años.
Es un libro que me gusta tener a mano, para todas aquellas personas que los problemas les quitan el sueño, y en especial a los niños y niñas, que también padecen sus angustias por sus problemas.
¿Qué nos cuenta?
Alfredo es el protagonista de la historia, es un niño que se encuentra en un sinvivir, se levanta con un “ run, run”, un “ nosequé”, un “¡ay, ay, ay!”, quiere saber por qué se encuentra así. Alfredo atribuye sus preocupaciones a situaciones que ha vivido o que va a vivir: una pequeña discusión con su amigo, un conflicto con su mamá, el examen de inglés, la clase de natación, la visita al médico…Para Alfredo esas situaciones son un verdadero problema porque algo horrible le puede suceder, anticipa con pensamientos negativos un futuro catastrófico.
A medida que pasa el día Alfredo se va relajando, comprueba que nada de lo que había pensado se cumple, que la situaciones toman un camino totalmente diferente además de agradable.
¿Qué nos enseña?
A través de la historia vemos que los niños y niñas al igual que los adultos también tienen preocupaciones, está claro que a otro nivel, no por ello menos importantes, ellos también se angustian, se obsesionan y tiene pensamientos recurrentes. Como adultos es importante reconocer esta realidad y actuar en consecuencia.
Acompañar a un niño o una niña cuando está angustiado no es es decirles “que exagerado/a eres”, o “ eso son tonterías”, ellos están sufriendo. Si bien es cierto que tampoco se trata de alimentar ese drama, acompañar es escuchar lo que les preocupa, tratar de ver hasta qué punto es real la consecuencia que se están imaginando, valorar las posibilidades de que esa “cosa” tremenda ocurra y en el caso que la consecuencia sea real ver cómo se puede actuar, es decir, dotar de estrategias.
De esta forma les estaremos proporcionando modelos para gestionar esa ansiedad. Es así, como vamos viendo que Alfredo comprueba que su amigo y su mamá no están enfadados con él, que es bonito viajar en autobús, que el médico no le hace daño y en la piscina se lo ha pasado genial.
Las ilustraciones de Susana Rosique, describen con gran ternura esa preocupación de Alfredo, las guardas del libro son un previo y una síntesis a la situación del protagonista. Al comienzo de la historia se observa una gran bola detrás de Alfredo, representan el cúmulo de problemas y al final del libro es Alfredo el que se presenta detrás de la bola, ya de un tamaño inferior; Alfredo está en el espacio y ve esa gran bola mucho más pequeña, se puede interpretar como que toma distancia respecto a sus situación y ve los » problemas con perspectiva» o que desde el espacio La Tierra es insignificante, al igual que sus «problemas».
Es una historia de gran apoyo tanto en las aulas como en los hogares, cuando detectemos que hay niños o niñas que se preocupan en exceso por algo, os animo a utilizar la historia de Alfredo y después abrir debate para aquellos que deseen hablar sobre sus preocupaciones, y entre todos veremos que muchas de las cosas que nos ocupan y nos persiguen casi nunca llegan a suceder.