¿Ha cambiado tanto la vida que observar la lluvia, o dejarse llevar por el viento es un comportamiento extraño? Que se lo digan al Señor Somersen.
«El extraño comportamiento del Señor Somersen» Guridi. Editado por Tres Tristes Tigres.
Recomendado a partir de 6 años.
Un libro que llega como viento fresco en medio de una ola de calor, en medio de esta locura de vida, que no paramos y vamos con el automático puesto, yo admiro al Señor Somersen. Me apunto al club de los comportamientos extraños.
¿Qué nos cuenta?
Guridi nos describe e ilustra esos comportamientos que resultan tan «extraños», al Señor Somersen le encanta ir despacio y sin prisa por la vida, disfruta echándose en la hierba recién cortada, se queda hipnotizado viendo el goteo del agua, da largos paseo por el pueblo, suele quedarse quieto en medio de la nada escuchando y disfruta deshaciendo nudos imposibles.
El caso es, que lo que nuestro Señor Somersen hace, es disfrutar del momento, de su momento, de esas pequeñas cosas que le regala la vida, se deja sentir y hacer lo que le nace de lo más profundo, aprovecha cada uno de los rayos del sol, desde el amanecer al ocaso. En definitivamente vive su presente, esto ahora lo llamamos «mindfulness» y muchas personas acudimos a sesiones para que nos enseñen a estar presentes y a disfrutar del momento, es decir que acudimos a clase de comportamientos extraños.
El Señor Somersen, no se frustra, se deja llevar, es consciente de la situación y busca cómo continuar con el cambio, por ejemplo, tiene una cinta adhesiva que lo pega todo o si se enmaraña un ovillo de hilo pacientemente lo desenreda.
Un álbum ilustrado que te contagia y te invita a parar. Una propuesta para disfrutar tranquilamente de sus ilustraciones y propuestas extrañas.
Tanto ha sido la repercusión que han tenido los comportamientos de nuestro protagonista que tiene su propio manifiesto. No me puede gustar más, y es que estoy empezando a pensar que yo también soy un poco extraña.
Esta gran obra la puedes conseguir en La Crisálida, ideal para regalar-te .
