Hace mucho tiempo que deseaba hablar de “La Parte que Falta” , y como hoy es un día muy de relaciones… os presento «La parte que falta», es una metáfora de la vida y las relaciones humanas, tan sencilla como poderosa.
¿Por qué nos empeñamos en creer que una persona no está completa sin pareja? ¿El amor solo está en la pareja? ¿Y esa pareja solo puede ser una en la vida? La idea de amor romántico que llevamos grabada a fuego en nuestro interior ha hecho y hace muy daño, nos confunde y atormenta porque si no cumples con las reglas, estás fuera.
A lo largo de la vida pasamos por muchas etapas, no siempre podemos estar felices y en modo in love ( como se dice ahora). La felicidad y el estado de tranquilidad con uno mismo puede llegar de muchas formas, cada persona tiene una idea y unas necesidades diferentes que le harán feliz.
En esta sociedad tan líquida y cambiante, la felicidad es muy efímera, así como viene se va.
“La parte que falta” Shel Silverstein. Ed. Kafkian.
Recomendado a partir de 10 años.
¿ Qué nos cuenta ?
El o la protagonista es una pequeña bolita comecocos, con una boca grande y bien abierta. Sentía que le faltaba algo para ser feliz y salió en busca de esa “parte”. Cantaba alegremente:
“Busco la parte que me falta.
Busco la parte que me falta.
¡Yujuuu!Allá voy
buscando la parte que me falta”
Mientras buscaba su “parte”, pasó muchas aventuras, conoció a otros seres vivos con los que disfrutaba de la vida, un gusano partalante, una flor olorosa, un escarabajo… pero seguía buscando la parte que le faltaba.
En su búsqueda de la parte que el faltaba se encontró con muchas partes, pero parecía ser que no encajaban todo lo bien que deseaba ,unas eran pequeñas, otras grandes, otras crecían…, cayó en depresiones, chocó contra muros…
En una ocasión se encontró con otra parte, encajaban a la perfección, ambos disfrutaba mucho, formaban una esfera perfecta que rodaban y rodaban sin parar, iban por la vida tan deprisa que no podía ver más allá de ellos mismos, pasaban delante del gusano y era imposible que se pudiera parar a parlotear o parar a oler una flor…la otra parte estaba tan bien acoplada que casi era imposible hablar, y por consiguiente no podía cantar. Se dió cuenta que esto, tampoco le hacía feliz y acabó posándola muy despacito para continuar su camino y poco a poco comenzó otra vez a cantar.
¿Qué nos enseña?
A lo largo del álbum podemos apreciar cómo el autor Shel Silverstein nos muestra una búsqueda incansable de la felicidad a través de las relaciones personales. En esta obra hay euforia, melancolía, tristeza, alivio, resiliencia, rechazo, aceptación, necesidad, deseos, sueños, proyectos… Pero sobre todo hay respeto, cariño, y reflexión.
Me encanta como describe los diferentes roles de relaciones entre personas, si analizamos, hay partes que no quiere ser de nadie y prefieren caminar solas. Partes que no se sujetan bien y se pierden, otras se sujeta con demasiada fuerza y se rompen. Partes que por más que se quiera no encaja. Otras que no están dispuestas a perder su identidad.
Tiene un final muy sanador, cuando después de rodar y rodar se da cuenta que tener una parte no es lo que quería, ya no es feliz, entonces delicadamente, la suelta y la deja ir para continuar su camino.
En definitiva es una historia que habla de la libertad y el respeto hacia las personas.