Continuamos con la saga de nuestra vaca favorita, la vaca Macarena. Ya tenemos en nuestras manos la tercer a entrega.
- Texto: Andy Cutbill
- Ilustraciones: Russell Ayto
- Editorial: Molino. Colección Serres
- Edad: recomendado a partir de 3 años
¿Quién de vosotros y vosotras no ha deseado alguna vez ganar un premio?
Pues a nuestra protagonista, se le antoja que su querida hija Turuleta participe en un certamen de vaquitas lindas, la granjera propone que se presenten las vaquitas de la granja para valorar su belleza. Y como Macarena está más que orgullosa de su hija Turuleta la inscribe al concurso.
A Turuleta, lo único que le preocupa es pasárselo bien con sus amigas las gallinas y no tiene ninguna intención de competir en belleza con el resto de las vacas. Su madre se esfuerza para que Turuleta esté impecable y sea la más espectacular, cuando llega el momento de ser calificadas, Turuleta se muestra como es, sigue sus instintos y actúa con espontaneidad, de tal manera que en el mismo instante de ser examinada se come un gusano que asoma por el sombrero de la evaluadora dejándola boquiabierta.
Como en otras ocasiones, las vacas de la granja se burlan de Macarena y de Turuleta, son el hazmerreír de la cuadra. Macarena que tiene las cosas muy claras, saca a su hija del concurso, su hija es excepcional, y no necesita que nadie más se lo diga.
¿Y entonces? ¿Cómo es que gana un premio? ¿Quieres saber cómo acaba la historia?
¿Qué hemos descubierto?
Como en otras ocasiones el autor de esta afamada saga infantil, nos da una lección sobre situaciones de la vida real, en esta ocasión nos hace ver las barbaridades que somos capaces de hacer los adultos por demostrar que nuestros peques son capaces de esto o de lo otro .
¿Por qué nos afecta tanto que nuestros hijos e hijas no estén a la altura? ¿Y a qué altura? ¿Quién determina esa excelencia o esa norma? ¿Acaso nuestros hijos/as no son suficientes o excelentes tal y como son? ¿Por qué tendemos a compararlos? ¿Y por qué nos sentimos tan mal cuando no están dentro de lo normativo ? ¿A qué tenemos miedo? ¿Qué intentamos demostrar al mundo? ¿Qué hay en juego? ¿Realmente los exponemos por ellos o por nosotros? Estas y otras cuestiones me pasan por la cabeza al reflexionar sobre la historia de Macarena y Turuleta.
Me doy cuenta que les hacemos pasar por situaciones competitivas que ellos no han elegido, perdemos el norte, les sometemos a una presión injusta, una carga que no se merecen y que no es suya ¿Y si no sale como se espera? ¿Quién repara ese daño? Los pequeños asumen esa responsabilidad, sienten que nos han defraudado y nosotros nos cuestionamos nuestra labor como padres, docentes, educadores…. En definitiva, no hay nada bueno de todo esto.
Afortunadamente Macarena tiene muy claro que su hija es la mejor, es suficiente, y no es comparable con nadie, Macarena cayó en la en la tentación de querer presumir públicamente de su hija en un concurso donde la comparaban con otras vacas, que para nada tienen que ver con su hija y al final salieron ganando las dos, madre e hija ¡¡¡¡ y por partida doble!!!
Como podréis comprobar Macarena siempre nos da una lección, nos hace pensar y reflexionar, todo ello desde el humor, las fantásticas ilustraciones de Russel Ayto nos hacen perdernos una y otra vez entre sus páginas, examinar las expresiones de sus personajes y morir de risa.
Y después de todo lo que os he contado, ¿vais a quedaros sin las tercera entrega de MACARENA?
Ya está disponible en en tienda y web