Hoy, 25 de noviembre, se celebra el El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Quiero dar a conocer este testimonio, en forma de libro, el testimonio de una «sobreviviente», como dice ella misma, Noelia Míguez , víctima de violencia de género, en las redes podéis seguirla a través de su perfil @noedorinda y el hashtag #dorifuerza .
Ocho señales. Cuestión de vida o muerte.
- Noelia Míguez y Patricia Calderón.
- Editorial Meraki
- Edad recomendada a partir de 14 años.
Estamos ante un relato real de violencia de género, tan real como la vida misma de Noelia Míguez, «sobreviviente» a tres años de relación que culminaron con una paliza mortal (8 puñaladas con varios objetos cortantes, golpes, quemaduras y unas tijeras clavadas en la cabeza).
Noelia es una persona real, de carne y hueso, su historia no está adulterada, es tan real como lo fue su relación. Ella dice que la vida le ha dado una segunda oportunidad y piensa vivirla.
Noelia se describe como una persona extrovertida, con carácter, de ideas fijas y muy amiga de sus amigos. Cuando empezó su relación con Juan, su verdugo, tenía 19 años y estaba cursando 2°de Bachiller, tenía ilusiones y proyectos de futuro. Hija de un matrimonio en el que no se habían presenciado peleas ni faltas de respeto.
A medida que iba leyendo “Ocho señales. Cuestión de vida o muerte” pensaba: esta vez ha ido demasiado lejos, ¿no se dará cuenta? ¿Cuéntaselo a alguien? , ¿Pero cómo es posible? Es una relación tan extremadamente tóxica y dependiente, ¿Cómo es que no lo ve venir?¿por qué no lo dejas?¿Y en su entorno, nadie se da cuenta de lo que está pasando?
Las respuestas… las vamos encontrando entre las reflexiones de Noelia y testimonios de los profesionales, familiares y amistades que han trabajado y acompañado en el caso de Noelia.
Una de las principales causas es el desconocimiento de en qué consiste la violencia psicológica. Esa violencia que yo asemejo a la una gotita de azufre que va cayendo poco a poco sobre la autoestima, de la persona que la recibe, una gota acumulativa, que cada vez contiene más cantidad de violencia y es inversamente proporcional a la capacidad de reacción. Y es que, la violencia psicológica es muy sutil.
Un aspecto que alimenta el fuego de este tipo de violencia, es la normalización de determinadas actitudes, comentarios y comportamientos. Si normalizamos o vemos bien que nuestra pareja controle nuestros horarios, el tiempo que tardas en ir y venir a los sitios, con quién te relacionas, cómo te vistes, peinas o comportas, que se meta en tus redes sociales porque tiene tus claves ( como no tenéis nada que ocultar…), dude continuamente de tu fidelidad, critique a tus amistades y familia. Se permite opinar lo que te conviene o no, os si puedes comer determinados alimentos en función de tu físico… tu pareja está muy lejos de estar cuidándote. Y claro, que todo lo podemos sacar de contexto, pero este no es el caso, no, está todo muy bien contextualizado, y no hay nada de lo que a Noelia le pasó, que sea justificado, nada, ningún tipo de violencia es justificable, y por su puesto, ella no es responsable, no tiene la culpa.
Ambas, el desconocimiento de qué es violencia psicológica y la normalización de determinadas actitudes se convierten en un cóctel molotov para la relación de pareja, llegando a convertirse en una relación altamente tóxica y peligrosa.
La experiencia de Noelia gira en torno a 8 señales que ahora ella es capaz de identificar, después de mucha terapia y trabajo. Estas señales, se fueron acumulando, y no hubo una conciencia del aumento de la violencia y de la agresividad. Parece surrealista, pero esa fue su realidad.
- 1.Falta de respeto
- 2.Primer escupitajo
- 3.La.primera agresión física
- 4.Primera quemadura
- 5.Infidelidad
- 6.Primer estrangulamiento
- 7.Dependencia insana
- 8.Intento de asesinato.
¿Y el después? Si consigues sobrevivir a esa relación, el camino que queda es muy largo y duro, con muchos baches. Noelia asegura que las heridas físicas se cierran, en su caso le han quedado secuelas irreversibles, pero las psicológicas…esas, las invisibles, esas son las más profundas y difíciles de curar. Y a todo eso se le une la desprotección, esa es la lucha actual de nuestra protagonista la #dorifuerza, necesita sentir que podrá salir a la calle un día sin pensar que su vida puede ser truncada a la vuelta de la esquina.
¿Por qué os hablo de esta obra?
Después de leer el relato de Noelia, miro a mi alrededor y me saltan las alarmas, la prevención y la sensibilización desde edades tempranas es la clave, por duro que parezca es importante hablarles a nuestros jóvenes de estás señales, puede que ellos o ellas no las estén sufriendo pero sería importante que supieran identificarlas, nadie está libre de la violencia de género y en ocasiones está más cerca de lo que podemos pensar. El silencio, la vergüenza, la sobreprotección, las escusas o el aislamiento, alimentan el maltrato. Me encantaría que los los jóvenes en edad de empezar a relacionarse con iguales pudieran escuchar o leer este testimonio, ya sean en sus casas o en los centros educativos.
¡Noelia, que no te apaguen la voz!