La visita ( XVI Premio Internacional Compostela para Álbumes Ilustrados)

Descripción

Un álbum original que nos anima a disfrutar de la soledad y el silencio. Una propuesta necesaria en una sociedad saturada de “ruido”.

Antes de irse, su madre le dijo:
–Recuerda, ¡no le abras la puerta a nadie! Le dio un abrazo y se fue. La pequeña raposa se quedó sola en la madriguera. Afuera oscurecía, pero aún se podía oír el graznido de las cornejas y la algarabía de los gorriones…
Nos ayuda a reflexionar, a practicar la introspección, a escucharnos, conocernos y saber qué sentimos. «La visita», la obra de Núria Figueras y Anna Font distinguida con el XVI Premio Internacional Compostela para Álbumes Ilustrados, viene a poner en valor
el silencio como algo positivo. Desoyendo las indicaciones de su madre, la pequeña raposa que protagoniza esta hermosa historia deja entrar al Silencio en su madriguera. Tras el temor a una presencia que inicialmente le intimida, resulta ser un huésped muy especial que le enseña
a bailar al compás de su corazón y a escuchar sus pensamientos. Estamos ante un relato delicioso, original y necesario que ofrece
múltiples lecturas. No solo toma pinceladas de los cuentos clásicos; también plantea un diálogo ágil y lleno de ternura entre ambos personajes y, a través de los recursos literarios que emplea, anima a las lectoras y los lectores a tomar conciencia de su mundo interior, a disfrutar de esas sensaciones, a redescubrir su propia esencia.

Aunque transcurre en plena noche, las páginas de «La visita» son luminosas y coloridas: desde un bosque de vegetación esquemática, con un cromatismo desbordante y lleno de matices, nos adentramos en una cálida guarida donde destaca la simpática figura de la raposa y el trazo sencillo con el que se resuelve la representación de algo tan intangible e invisible como el silencio; un minimalismo gráfico extensible también a otros elementos simbólicos como los latidos del corazón y el pensamiento. Porque en esta sociedad saturada de ruido y contaminación
acústica, la calma, la quietud e incluso la soledad aportan otra forma de enfocar la vida cotidiana.