Miedo

Dos hermanos se trasladan a una casona antigua y misteriosa junto a un faro, ya que su padre comienza allí un nuevo trabajo. Todo parecía muy aburrido pero… unos ruidos y figuras extrañas les harán pasar momentos espeluznantes.

«Quizá sean los miedos una de las cosas que más marcan las pesadillas de los pequeños durante la niñez, y cada uno tiene los miedos que tiene, hay de todas las clases: al mar, a las alturas, a la soledad, a la oscuridad… Algunas veces pasan los años y, aunque ya no eres un niño, el miedo sigue ahí, al acecho, esperándote detrás de una puerta cerrada o en el recodo de un camino entre los árboles, y tienes que enfrentarte a él para poder seguir adelante. Es en ese momento, cuando vas a enfrentarte, cuando sientes un respigo, y ese respigo, ese, igual es la cosa más agradable de todo el asunto. Solo por el respigo, merece la pena pasar miedo». Milio’l del Nido

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