¿Por qué los pájaros no tienen rey?

Los pájaros son los animales más vivarachos y libres del mundo. ¿Pero siempre ha sido así? Hace muchos años, eso estuvo a punto de cambiar. Un buen día, el Sol, cansado del jolgorio de sus cantos matinales, decidió que había llegado el momento de que las aves tuvieran un rey que impusiera orden entre los ruidosos alados. Quien al día siguiente alzara el vuelo y llegara más cerca del Sol sería el ave coronada.

Las cálidas y sugerentes ilustraciones de Ina Hristova, de tonos rojizos, amarillos y azulados, le dan un tono edénico y nos retrotraen a los inicios de la historia del mundo, cuando este estaba aún por definirse. Nos ofrece así un trasfondo perfecto para recrear una fábula de Esopo protagonizada por un ave diminuta de nombre majestuoso: el reyezuelo. La recreación mítica sobre el origen del nombre de este ser alado le sirve al autor para hacer una brillante sátira política sobre los fundamentos de la autoridad y el poder o, mejor dicho, sobre la servidumbre voluntaria. La fuerza del poder –y a la vez su debilidad– estriba en la obediencia de los súbditos, en la sumisión de los ciudadanos. Y la sátira, con su humor irreverente,
tal vez nos abra los ojos y nos permita constatar que el rey está desnudo.

Una historia irreverente con final inesperado, inspirada en una fábula de Esopo.