La Asamblea General de la ONU decidió en 2005 declarar este día teniendo en cuenta que fue el 27 de enero de 1945 cuando las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.
Este año, la campaña es: Memoria, dignidad y justicia. Es decir, las acciones irán encaminadas a recordar y escribir la historia para aportar dignidad y justicia a quiénes vivieron aquella barbarie y a quiénes murieron.
Desde La Crisálida contribuimos con esta campaña, recordando una obra que refleja la historia de una superviviente del Holocausto, porque la mejor manera de que no se repita es mantener viva la memoria:
Recomendada para mayores de 10 años.
Así comienza el desgarrador testimonio de Erika:
“Nací en 1944. No sé la fecha exacta de mi nacimiento.
No sé qué nombre me pusieron.
No sé en qué ciudad o en qué país vine al mundo.
Tampoco sé si tuve hermanos.
Lo que sé con certeza, es que cuando apenas tenía unos meses me salvé del Holocausto…”
Fragmento de «La Historia de Erika»
¿Qué nos cuenta la historia?
La autora, Ruth Vandeer Zee, conoce a Erika en 1995, 50 años después de la II Guerra Mundial. Cuando se percata que Erika lleva una cadena de oro y la estrella de David al cuello, entablan una conversación y comienza la historia.
Erika nos cuenta cómo sobrevivió al mayor genocidio del S.XX. Con tan solo unos meses de vida su destino cambió. Erika añora recuerdos de su pasado.
A través de sus reflexiones de cómo pudo ser su vida nos hace revivir el pasado, la tragedia, el horror…
Nos pone en su piel y en la de sus padres, habla de los sentimientos y las emociones que pudieron sentir sus padres en cada uno de los momentos vividos hasta que su vida fue arrebata.
A través de frases cortas pero con mucha fuerza nos sitúa en ese preciso instante en el que los padres adivinando su destino quisieron cambiar el rumbo de la vida de su querida hija.
“En su camino hacia la muerte, mi madre me lanzó a la vida”
La vida de Erika cambia, ella no sabe, no recuerda, eran tan solo unos meses de vida los que tenía y una profunda tristeza la acompañará hasta crear una nueva familia, su propia familia.
Las ilustraciones de Roberto Innocenci, se caracterizan por su realismo, imágenes cuidadas con todo detalle, acompañan a la historia narrada, creando una nueva dimensión atrapándonos en ese preciso instante y formando parte de la escena. La angustia, el miedo, la incertidumbre y la añoranza, son algunas de las emociones que nos hace sentir a través de su paleta de tonos grises y colores suaves. Combina ilustraciones monocromáticas con otras en color para jugar con los tiempos y los recuerdos.
“Alguién dijo un día que nosotros llegaríamos a ser tantos como estrellas hay en el firmamento. Seis millones de esas estrellas se apagaron entre 1933 y 1945”
Fragmento de «La Historia de Erika»
Con esta historia, la autora, el ilustrador y editorial Kalandraka aspiran a concienciar a los lectores para que nunca más se repita tal tragedia.
En memoria de las estrellas que se apagaron.
#DíaInternacionaldeConmemoracióndelasVíctimasdelHolocausto