Dentro de las enseñanzas que transcurren en un centro escolar es prioritario que los arendizajes resulten significativos para el alumnado y que además se desarrollen de una forma experiencial, es una máxima que hay que perseguir.
El verano es el momento perfecto para seguir aplicando los aprendizajes adquiridos y dotándoles de significado en una vida real.
A continuación os propongo algunas ideas para que vuestros hijos e hijas sigan practicando sus aprendizajes una forma natural, integradas en la vida diaria.
Para aplicar algunos de los ejemplos que os menciono a continuación tened en cuenta la edad, el desarrollo y las preferencias de vuestros hijos e hijas. Por ejemplo, si el niño/a no ha adquirdo la lectoescritura no podemos pedirle que escriba o lea la lista de la compra, pero si podemos hacer que recuerde la lista de dos o tres alimentos o que los busque en las estanterías, o por ejemplo si aborrece escribir, con este mismo ejemplo podéis empezar pidiendo que dibuje algún alimento de la lista o recortándolo de la propaganda del supermercado y más adelante ya los irá escribiendo.
En el post de hoy voy a centrarme en la cocina, os voy a proponer algunos ejemplos de cómo en torno a este espacio y lo que se hace en él podéis poner en práctica los aprendizajes de un curso.
Empezamos por planificar las comidas, podemos hacer con ellos un menú semanal, en verano parece que apetece más comer cosas frías y menos guisos, este tipo de comidas son ideales para que los niños y niñas puedan colaborar en su elaboración.
Haciendo el menú ya estamos contribuyendo a recordar las contenidos que trabajaron en el cole en los temas de salud y nutrición, ellos saben los alimentos que tienen que estar presentes en una dieta equilibrada, y sino echad mano al libro de Ciencias Naturales.
El hecho de planificar un menú semanal con los niños hace que estéis compartiendo ya un momento con ellos (uno de los puntos que os recomendaba hace un par de semanas), además la planificación de las comidas contribuye a mejorar la dieta y la economia familiar, (no se improvisa con cualquier comida y solo compras lo que necesitas para cocinar).
Si tienen edad para ello, el menú lo escribirán ellos, se puede hacer en un folio apaisado, un cuadrante tipo horario de clase, en el que pongáis columnas de lunes a domingo y cinco filas (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena). En internet hay plantillas muy bonitas que podéis descargar.
Una vez que tengáis los menús preparados, viene la siguiente parte, planificar la compra, tarea que haréis juntos, si estáis acostumbrados a acudir a una tienda o supermercado en concreto, esto os resultará más sencillo porque ya estaréis familiarizados con los precios y la ubicación de los productos. También podéis poner encima de la mesa los catálogos de algunas cadenas de supermercados y comparar precios, con esta tarea estaríamos ejercitando el cálculo, las estimaciones, las proporciones, también educando en un consumo responsable, comprando solo lo que se necesita y dando valor a lo que cuestan las cosas.
La lista de la compra, entre los adultos y menores se organizará la lista de la compra, teniendo en cuenta los menús, se puede organizar la compra para cada dos días o semanal y dejar los productos frescos para las pequeñas comprar diarias. Si son demasiado pequeños para escribir, pueden recortar alimentos de los catálogos, o dibujar una lista con alimentos, también la puede escribir el adulto después de que el niño/a señale el alimento en el catálogo y una vez escrita, leérsela y cuando lleguéis al supermercado id diciendo lo que necesitáis para que lo busquen o pedid que os lo recuerden, así también se trabajará la memoria y la destreza visual.
A la hora pagar, antes de salir de casa, con los más mayores podéis estimar el coste la compra para calcular cuando dinero hay llevar, si se trata de cantidades pequeñas (la barra de pan, los tomates o la lechuga de la ensalada) podéis darle el dinero y que pague el niño o la niña bajo vuestra supervisión, con éste pequeño gesto estaréis contribuyendo a reforzar su autonomía, la responsabilidad y el cálculo mental.
Otra tarea para realizar con los peques, es colocar la compra en casa, ( siempre teniendo en cuenta la fragilidad de los productos así como la peligrosidad) cuando se llega a casa, toca sacarla de las bolsas, esto lo pueden hacer los niños/as y los adultos meterla en la despensa o la nevera, la tarea compartida es mucho más divertida.
Llega la hora de hacer la comida, en esta parte también podéis pedir colaboración, en la elaboración de comidas frías como ensaladas, sándwich, ensaladilla, hay muchas cositas que pueden hacer sin apenas peligro, solo hay que tomar algunas precauciones (la higiene, que no toquen alimentos en crudo sin cocinar como el pescado o la carne, evitar que se metan las manos en la boca).
Os menciono algunas acciones que los más pequeños pueden desarrollar de forma autónoma en la cocina. Por ejemplo: pelar huevos duros, batir los huevos, lavar las hojas de lechuga, tomates y pepinos, cortar tomate, añadir aceitunas, pelar patatas cocidas y cortarlas, rebozar con harina y huevo.
Para los más mayorcitos, colaborar en la cocina es como estar en el laboratorio de clase, desde buscar la receta ideal, leerla, preparar sus ingredientes, pesarlos, cortar, pelar, batir, mezclar, esperar, adornar… Otra idea que os propongo para los más curiosos es que busquen el origen y la historia de algunos de los alimentos. Todas esas cosas y más pueden hacer con la compañía de un adulto.¡Todo lo que están aprendiendo! ¿y… lo que están disfrutando con vuestra compañía?
Lo mismo que se hace para la comida, sirve para preparar los aperitivos de media mañana y las meriendas, los mayores por ejemplo pueden se encargados de preparar esta comidas intermedias y con ayuda de los adultos los desayunos, comidas y cenas.
Cada uno de estos ejemplos que os propongo siempre tienen que partir de la implicación de los menores con los adultos, se tienen que sentir protagonistas y motivados a la hora de realizar estas actividades, se supone que son momentos de disfrute y aprendizaje, en el caso de que los adultos no podáis estar diponibles o estéis apurados de tiempo es mejor aplazar la actividad ya que las prisas no son buena. Lo ideal es que se plantee como un juego, no pueden verlo como algo obliatorio y fastidioso.
A continuación os presento títulos de historias relacionadas con la cocina, una manera divertida de acercar a vuestros pequeños al maravilloso mundo de la cocina y la alimentación.
Marcelina en la cocina. García Iglesias. Sara Sánchez. Ed. Jaguar
A partir de 3años.
Es una historia rimada disparatada. La jirafa Marcelina, que no sabe de cocina, quiere hacer una gran cena que le guste a su sobrina. ¡Ya podéis imaginaros el lío que se va a armar!
La cocina de noche. Maurice Sendak. Kalandraka
A partir de 6 años.
El autor de esta joya literaria, ve un anuncio cuando era pequeño en el que el eslogan decía «¡ Mientras tú duermes, nosotros te lo horneamos!», el autor crece maravillado por lo que puede suceder en el interior de la cocina de una panadería y cuando se hace mayor lo cuenta en su histora.
La niña que caminaba entre aromas. Almada Ariel. Sonja Wimmer. Ed.Cuento de Luz
A partir de 3 años.
Una deliciosa historia que conmueve desde el primer momento y nos enseña que, si queremos, todos podemos transformar nuestras debilidades en fortalezas.
La Pastelería Mágica. Diane Zahler. Ed. Puck
Apartir de 8 años
Una historia sobre valentía, resilencia y amor. Tartas con sabor a felicidad, merengues con aroma de recuerdos, bollos rellenos de tranquilidad…
Acompaña a Bee en su aventura con sus pasteles y panes llenos de emociones.
Espero que vuestros sueños se hagan realidad con la mejor compañía entre los fogones. La próxima semana os espero con más ideas para el verano.