Siguiendo con el tema de la Paz Escolar y la no violencia, hoy os hablo del sentido de la propiedad y cómo en muchos contextos de socialización, (patios, rincones de juego, parques…) surgen conflictos debido a este tan escuchado “¡es mío!, ¡lo vi yo primero!, ¡lo cogí yo antes!” ¿Os suena?
Es en la etapa de educación infantil donde más se suele escuchar, y es normal, están aprendiendo a socializar, a jugar con más niños y niñas a compartir, y poco a poco tienen que ir saliendo de ese egocentrismo tan característico de estos primeros años para introducirse en las dinámicas sociales.
Oliver Jeffers lo describe muy bien en su álbum ilustrado “Este alce es mío”. Editado por el Fondo de Cultura Económica.
Recomendado a partir de 3 años
¿Qué nos cuenta?
Desde la inocencia propia de un niño, Oliver Jeffers nos introduce en una relación entre un alce y un niño, Alfredo.
Alfredo se encuentra un alce, y asume que es suyo y como es suyo, le asigna un nombre,Marcel, y además establece unas normas para la buena convivencia entre el alce y él, las normas las poner Alfredo, que para eso es de su propiedad, y claro el alce no dice ni muuu.
Alfredo se lo pasa muy bien con Marcel. Nos hace un repaso que las normas que ha puesto y de como se están desarrollando. Evidentemente, Marcel va un poco a su aire, y desde el punto de vista de Alfredo, hay normas que cumple muy bien y otras que no tan bien.
En mitad de la historia sucede algo inesperado, ¡aparece una anciana que reconoce a Marcel como suyo! ¡Es Rodrigo!, Alfredo discute con la anciana e intenta demostrar que el alce es suyo, pero Marcel-Rodrigo no le hace caso. Alfredo se marcha muy enfadado y de camino a su casa tendrá algún que otro percance que le harán recapacitar y asumir que quizás el alce nunca fuese suyo.
¿Qué podemos trabajar a partir de esta obra?
–El sentido de la propiedad en un lugar comunitario, como pueden ser los juguetes de clase, materiales de los rincones u objetos que se encuentran en el suelo de clase, patio o parques, surgen conflictos por quién vio un juguete antes o lo cogió.
-La empatía, aprender a ponerse en el lugar del otro, cuando encuentran un juguete, saber que hay que devolverlo, ya que tiene dueño o dueña y quizás lo esté buscando.
–Las normas, hay normas importantes que se deben de establecer y cumplirse para lograr una buena convivencia y luego hay otras normas que quizás no tengan mucho sentido, sobre todo si están puestas solo para beneficiar a una de las dos partes.
– ¿Qué es portarse bien o mal? Está directamente relacionado con las normas, por ejemplo, para Alfredo, portarse mal era no cumplir con la regla número 7: Ir a dónde Alfredo quiera. En muchas ocasiones los niños y niñas no tienen muy claro qué es portarse bien o qué es portarse mal, «el bien» o «el mal» puede resultar ambiguo en estas edades sobre todo si tenemos en cuenta que el alumnado viene de otros contextos donde hay otras normas y costumbres.
Personalmente me ha parecido una obra muy sencilla, divertida, tierna y con muchas posibilidades para «tirar del hilo» tanto en centros educativos como en los hogares.
Espero que disfrutéis tanto como yo con la aventura de Alfredo, ya lo tenéis disponible en La Crisálida.