Hacer dedo, o pedir que te lleven en coche de forma gratuita en la carretera, era una práctica muy habitual hace años, actualmente está penada en las autovías y autopistas de España. Os voy a contar lo que le sucedió a un surfista al que su generosidad o falta de asertividad, decidió acceder a recoger a todos los que hacían dedo ese día.
«Hacer dedo» GUILHERME KARSTEN . Editado por Kalandraka.
Recomendado a partir de 4 años.
¿ Qué nos cuenta?
Esta es la historia de un surfista impaciente que desea pasar un tranquilo día en la playa, emprende viaje feliz y contento. Lo que él no esperaba era la cantidad de personajes que necesitaban de sus servicios, poco a poco va haciendo sitio en su coche a cada persona que le pide ayuda.
No sabemos si es accede por exceso de generosidad o por falta de asertividad, el caso es que en su coche llega un momento en el que viajan: un submarinista que se va a casar, un superhéroe cansado de luchar contra el mal, un cocodrilo que quiere vivir en el mar, un ladrón camuflado, una policía espabilada, una niña muy asustada, un lobo con aspecto inocente, ¿ un lobo? no, un lobo no, a este lo dejaron el tierra. Y un músico muy trajeado. Cada uno con sus aparatosos trastos y su equipaje, pero…¿qué creéis que puede suceder? ¿llegarán a su destino? ¿podrá pasar el surfista su día en la playa?
¿Cómo es?
Estamos ante una historia llena de disparates, con personajes muy rocambolescos y mucho humor . Cada personaje tiene un buen motivo para ser recogido por el surfista.
Un texto rimado y acumulativo, lleno de ritmo y sonoridad, esto nos da mucho juego a la hora de contarlo, ya que se puede pedir participación al público cada vez que se repitan los personajes que van dentro del vehículo, solo hay que añadir el último viajero que se incorporó.
Una historia que podemos utilizar para trabajar las cualidades y las emociones. Cada personaje lleva asignada una cualidad, y solo el surfista va cambiando la suya a medida que los viajeros se introducen en su coche, pasa de ser intrépido a estar desesperado y agotado, ¿qué le habrá pasado? sería ideal poder ponerse en su piel y trabajar las emociones por las que pasa el surfista.
En sus escenas, podemos ver como se generan otras historias en paralelo, como la del ladrón y la policía.
Las ilustraciones, las escenas suceden en primeros planos a lo largo de una carretera, donde podemos ver como van cambiando las escenas y los ambientes. Una paleta de colores con altos contrastes llena de expresividad a los personajes.
Por cierto, ¡no os he contado que sucede al final con el viaje! estamos ante un final inesperado y muy gracioso. El autor nos sorprende y dejará a nuestra imaginación rematar la historia.
Una propuesta maravillosa para fomentar el gusto por las grandes y disparatadas historias.
No puede faltarte en tu biblioteca.